domingo, 16 de diciembre de 2007

Oración de San Bernardo



Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se
ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu
protección, implorando tu asistencia y reclamando tu
socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta
confianza, a ti también acudo, ¡Oh madre, Virgen de las
Vírgenes! Y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana.
No deseches mis súplicas, ¡oh Madre de Dios!, antes bien,
inclina a ellas tus oídos y dígnate a atenderlas favorablemente.
Amén.

No hay comentarios: